Es preferible lavar tus calzones a mano con agua fría o tibia utilizando un detergente delicado. Si decides lavarlos a máquina, asegúrate de utilizar el ciclo suave y una bolsa de lavado para protegerlos.

Los suavizantes de telas pueden dejar residuos en la tela y reducir la absorción de la ropa interior. Es mejor evitar su uso o elegir opciones sin fragancias.

Seca tus calzones al aire libre en lugar de usar la secadora. Esto ayuda a conservar la elasticidad de la tela y prolongar la vida útil de tus prendas. Si es posible, cuélgalos al sol para desinfectarlos de forma natural y eliminar las bacterias.

Guarda tus calzones en un lugar fresco y seco para evitar la proliferación de bacterias y hongos. Evita el almacenamiento en bolsas plásticas herméticas, ya que puede propiciar la humedad.

Es recomendable tener varios juegos de calzones y alternar su uso para evitar el desgaste prematuro de las telas.

Los blanqueadores pueden dañar los tejidos delicados de la ropa interior. Opta por productos de limpieza suaves y seguros
para los textiles.

Evita frotar o retorcer en exceso tu ropa interior al lavarlos, ya que esto puede debilitar las fibras y causar deformaciones en la tela.

Siempre verifica las etiquetas de cuidado de tus calzones para seguir
las instrucciones específicas del fabricante.

Inspecciona tus calzones regularmente en busca
de signos de desgaste, como costuras sueltas o elásticos desgastados, y reemplázalos según sea necesario